En medio de controversias y tensiones, el exministro Arturo Zaldívar ha negado de manera enfática haber recibido órdenes del presidente Andrés Manuel López Obrador durante su tiempo como líder de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Zaldívar aseguró que nunca ha interactuado con ningún juez o magistrado para influir en sus decisiones en casos particulares, y afirmó que su principal objetivo durante su gestión fue salvaguardar la independencia y autonomía del Poder Judicial Federal.
Estas declaraciones llegan después de que López Obrador manifestara en una de sus conferencias mañaneras que Zaldívar había colaborado con el gobierno para prevenir liberaciones de criminales injustificadas, lo que generó un aluvión de críticas por parte de la Barra de Abogados, que condenó las presuntas injerencias del presidente en el Poder Judicial.
El exministro, quien recientemente se unió al equipo de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, rechazó estas acusaciones, insistiendo en que durante su gestión no se produjeron interferencias indebidas en el Poder Judicial Federal. A su vez, respondió a las críticas de la Barra de Abogados, alegando que carecen de autoridad moral y que su postura responde más a intereses políticos que a preocupaciones auténticas sobre la integridad del sistema judicial.
Este incidente pone de manifiesto las tensiones y desafíos que enfrenta el sistema judicial mexicano en medio de acusaciones de corrupción, interferencia política y falta de independencia. La gestión de Zaldívar en la SCJN, así como su reciente incorporación al equipo de Sheinbaum, han dado lugar a un intenso debate sobre la separación de poderes en México y la necesidad de salvaguardar la autonomía e independencia del Poder Judicial.