Vigilancia militar intensificada en el suroeste de EE. UU. y áreas internacionales
Durante un lapso de 10 días a fines de enero y principios de febrero se llevaron a cabo 18 misiones de vigilancia enfocadas en el suroeste de Estados Unidos y el espacio aéreo internacional. Las operaciones estuvieron orientadas a captar imágenes y señales en un contexto de creciente preocupación por el contrabando de drogas. Las misiones involucraron un seguimiento preciso en zonas estratégicas que han sido tradicionalmente utilizadas para actividades ilícitas.
El uso intensificado de capacidades militares refleja un traslado en la estrategia de seguridad, donde la vigilancia y la operación de aeronaves se han vuelto fundamentales. Este enfoque destaca el control en zonas fronterizas, con especial atención al área que rodea la península de Baja California y el espacio aéreo adyacente.
tecnología avanzada y capacidades de inteligencia en operaciones aéreas
Entre las operaciones destaca el vuelo del 3 de febrero realizado por un avión espía U‑2, cuya trayectoria se extendió por casi seis horas. Este equipo, tradicionalmente empleado durante la Guerra Fría, continúa siendo una herramienta clave para captar imágenes de alta resolución desde grandes altitudes. La reutilización de esta aeronave en operaciones actuales evidencia una adaptación de tecnología con una historia militar prolongada.
Además, al menos 11 de las misiones se llevaron a cabo utilizando aviones Navy P‑8, diseñados para localizar submarinos y recoger inteligencia en forma de imágenes y señales. La elección de estos aparatos resalta una diversificación en las capacidades tecnológicas y en la estrategia de monitoreo, permitiendo una observación más amplia tanto en el ámbito fronterizo como en el internacional.
