La sierra de Durango fue testigo de una trágica tragedia cuando un helicóptero B-412 de la Fuerza Aérea Mexicana se desplomó, cobrando la vida de sus tres valientes tripulantes. Los pilotos de la aeronave lucharon contra la mala visibilidad causada por la densa neblina en los cerros, lo que llevó a la fatal caída.
La Secretaría de la Defensa Nacional confirmó el accidente, que ocurrió mientras la aeronave se reubicaba desde San José del Llano, Sinaloa, a Canelas, Durango. Tras recargar combustible en San José del Llano, el helicóptero se dirigía a su destino final en Canelas, cuando se precipitó en las inmediaciones del poblado El Ventoso, municipio de Topia, Durango.
La tragedia se desencadenó debido a la escasa visibilidad provocada por la neblina, lo que hizo que la tripulación no percibiera unos cables de electricidad, llevando al helicóptero a quedar atrapado en ellos y, finalmente, a perder el control y chocar contra un cerro, cayendo al barranco a una distancia de 1 kilómetro.
La consecuencia fue devastadora, con los tres miembros de la tripulación de Sedena perdiendo la vida en el cumplimiento de su deber. Los fallecidos fueron identificados como el Capitán Segundo FAPA Mario Joel Rangel Soto, el Teniente FAPA Alfonso Aguilar Molina y el Sargento Segundo FARMA Jerson Manuel Morales Román.
Las autoridades de Sedena se han comprometido a brindar todo el apoyo necesario a las familias de los pilotos caídos y asegurarse de que reciban los beneficios que la ley dispone en este difícil momento. Esta lamentable tragedia ha conmovido profundamente a la comunidad militar y a toda la nación mexicana, que llora la pérdida de estos valientes servidores públicos.