Claudia Sheinbaum Pardo, la virtual ganadora de las elecciones presidenciales en México, enfrenta un importante desafío en materia de seguridad nacional al asumir la Presidencia en octubre de este año. El país se encuentra inmerso en una crisis de violencia provocada por la intensa guerra entre cárteles de la droga, dejando a cientos de miles de mexicanos desplazados, asesinados o desaparecidos.
Sheinbaum, quien fue alcaldesa de la Ciudad de México de 2018 a 2023, ha demostrado capacidad para adoptar un enfoque pragmático en la lucha contra el crimen. Durante su mandato, implementó medidas como la instalación de cámaras de seguridad y el despliegue policial en áreas de alta criminalidad, lo que resultó en una reducción significativa de los homicidios en la ciudad según estadísticas oficiales.
Sin embargo, la situación a nivel nacional es mucho más compleja, con estados como Zacatecas y Michoacán enfrentando una violencia que se asemeja a una guerra en toda regla, con escuadrones de sicarios, bloqueos de carreteras y un aumento en el uso de artefactos explosivos y granadas por parte de los cárteles.
Sheinbaum deberá enfrentar el desafío de reducir la impunidad con la que operan los cárteles, así como abordar la corrupción en las fuerzas de seguridad. Entre las medidas sugeridas se encuentran la persecución de los actores más violentos, la lucha contra la extorsión y la implementación de programas efectivos de prevención dirigidos a los jóvenes en riesgo de unirse a los cárteles.
El éxito de Sheinbaum en abordar estos desafíos dependerá de su capacidad para trasladar su enfoque pragmático a nivel nacional y coordinar acciones efectivas entre las diferentes agencias gubernamentales y niveles de gobierno.