La adhesión de Suecia a la Organización del Tratato del Atlántico Norte (OTAN) se oficializó el 7 de marzo, tras ser anunciada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Este proceso tuvo su inicio en mayo de 2022 cuando Suecia presentó su solicitud, enfrentando reticencias iniciales de Turquía y Hungría, ambos miembros de la alianza.
Las objeciones de Turquía se basaban en acusaciones de que Suecia brindaba protección a grupos considerados terroristas por Ankara, y además, citaban la existencia de embargos comerciales en asuntos de defensa. Sin embargo, en la cumbre de la OTAN de mayo del año pasado celebrada en Madrid, Suecia y Finlandia suscribieron un memorando tripartito con compromisos hacia Turquía.
Posteriormente, Ankara aprobó la membresía de Finlandia pero persistió en sus críticas sobre los esfuerzos de Suecia para cumplir con los compromisos establecidos. No fue hasta enero de 2024 que el Parlamento turco dio luz verde a la solicitud de Suecia, coincidiendo con el apoyo manifestado por Hungría.
El 26 de febrero, el Parlamento húngaro aprobó la adhesión de Suecia, culminando el proceso el 5 de marzo con la firma del recién elegido presidente húngaro, Tamás Sulyok, quien ratificó la ley que permitía el ingreso de Suecia a la OTAN.
Esto representa un hito en la geopolítica europea y en la seguridad colectiva del bloque de la OTAN, ya que Suecia es un país con una ubicación estratégica, además de poseer una economía fuerte y estar dotada de una industria de defensa propia. Sin embargo, también refleja las tensiones internas que pueden surgir dentro de una alianza política y militar como la OTAN, donde los intereses y preocupaciones de seguridad de los distintos miembros pueden variar considerablemente.