Impacto de la Sequía Extrema en el Sector Ganadero de Mazatlán
La sequía prolongada ha tenido consecuencias devastadoras para los pecuarios de Mazatlán, obligándolos a vender su ganado y terrenos. La falta de agua en el sur de Sinaloa ha afectado gravemente la disponibilidad de recursos hídricos, esenciales tanto para el ganado como para el riego de cultivos.
José Antonio Lizárraga Rivera, presidente de la Asociación Ganadera de Mazatlán, ha señalado que la salinización de los pozos ha reducido significativamente su capacidad, dejando a los ganaderos sin acceso a agua potable para sus actividades agropecuarias. Esta situación ha forzado a muchos a tomar medidas drásticas para sobrevivir.
Desafíos en la disponibilidad de recursos hídricos
La salinización de los pozos de agua ha sido uno de los principales problemas enfrentados por los ganaderos en la región. Esta condición hace que el agua sea inadecuada para el consumo animal y el riego de pastizales, lo que ha llevado a una disminución en la productividad del sector ganadero.
Además, la falta de pasto en los potreros temporaleros ha exacerbado la crisis, reduciendo la capacidad de los ranchos para sostener a los animales. La escasez de alimentos disponibles obliga a los pecuaristas a optar por la venta de su ganado como una solución inmediata a la problemática.
Estrategias para Mitigar la Escasez de Agua
En respuesta a la crisis hídrica, los ganaderos están implementando medidas para intentar mitigar la escasez de agua. Una de las principales acciones ha sido la construcción de pozos artesanales en los ranchos, buscando incrementar el acceso a fuentes hídricas alternativas.
No obstante, estas soluciones temporales podrían no ser suficientes si la sequía persiste durante el próximo año. La incertidumbre sobre la llegada de lluvias a tiempo aumenta la preocupación entre los ganaderos, quienes temen tener que vender la totalidad de su ganado si no se mejora la situación.
Perspectivas para el Sector Ganadero en Sinaloa
Las proyecciones para el sector ganadero en el sur de Sinaloa son sombrías, ya que se anticipa que la sequía podría extenderse hasta 2025. La falta de lluvias, combinada con la ya debilitada infraestructura hídrica, pone en riesgo la continuidad de las actividades agropecuarias en la zona.
Lizárraga Rivera ha destacado que el próximo año será particularmente difícil, ya que varios meses faltan para la temporada de lluvias esperada y, en años anteriores, estas no han llegado antes de agosto. Este retraso en los patrones climáticos añade una capa adicional de incertidumbre para los agricultores y ganaderos de la región.