Mazatlán.- Especialistas en materia turística tendrán que determinar si en la avenida principal del puerto, donde están los comercios, van a recrear la estampa de pueblito mexicano, o de un pueblo tropical tipo palapa, manifestó Miguel Torruco Márquez.
El coordinador nacional de Turismo de la coalición Juntos haremos historia, quien estuvo este viernes en el puerto, añadió que la imagen del destino tiene que ser homologada, ya que en algunos establecimientos de la principal arteria se ve el abandono.
“El lugar de acceso se ve abandonado, hay que reencarpetar la avenida principal, que es la carta de presentación, y sobre todo se tiene que hacer un esfuerzo con los empresarios […] ¿Qué es el turismo? El turismo es satisfacer las necesidades y expectativas del consumidor, no los caprichos ni del empresario ni del político ¿Qué es lo que espera el cliente cuando llega a un lugar? Espera que sea típico de la región y no una réplica de otro lugar del extranjero”.
El empresario hotelero hizo hincapié en que, si el destino no está a la altura de las expectativas del gran turismo, entonces este se mantendrá en una medianía difícil de superar.
“Se ve el abandono, eso es la expectativa del consumidor, por ello no se puede traer un turismo de alto poder adquisitivo cuando le estamos dando de entrada un recibimiento de un lugar que no va acorde con la expectativa del consumidor. Entonces al no llevar a cabo trabajos espectaculares de nuevos desarrollos turísticos, entonces lo que se va a hacer es canalizar el recuso para tropicalizar el ambiente, mejorar la plaza y tener mayor creatividad en la creación del producto”.
Y sobre el desempeño de los operadores del sector turístico, Torruco Márquez consideró que a Mazatlán le falta integración: “el producto lo tienen, solo tienen que integrarlo”.
Finalmente, sostuvo que, de llegar Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República, se llevará a cabo una política turística sustentable y sobre todo de reconciliación social, pues se beneficiará a la población local, ya que no es justo que convivan paraísos turísticos con infiernos de marginación.