Hasta 2016, el salario mínimo en México no cumplía plenamente con la función social establecida en el artículo 123 de la Constitución. Este artículo exige que la remuneración sea suficiente para satisfacer las necesidades básicas de un jefe de familia, abarcando aspectos materiales, sociales y culturales.
Reforma Constitucional de 2016 y Desindexación Salarial
A partir de la reforma constitucional de 2016, el salario mínimo se desindexó como unidad de referencia económica. En lugar de ello, se utilizó exclusivamente como medida de remuneración laboral, marcando un cambio significativo en la estructura salarial del país.
Impacto en las Pensiones del IMSS e ISSSTE
Como consecuencia de esta desindexación, el aumento de las pensiones existentes en 2025 no crecerá al ritmo del salario mínimo. En su lugar, se incrementarán de acuerdo con la Unidad de Medida y Actualización (UMA), que se basa en la inflación. Mientras que el salario mínimo ha experimentado incrementos superiores al 20 por ciento en años recientes, la UMA ha mantenido un crecimiento aproximado del 5 por ciento, una tendencia que se prevé continúe en 2025.
Funcionamiento de la Unidad de Medida y Actualización (UMA)
La UMA se emplea como base para calcular diversas obligaciones fiscales, derechos y otros conceptos establecidos en leyes federales, estatales y de la Ciudad de México. Su valor es determinado anualmente por el INEGI, tomando como referencia la variación del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), que mide la inflación.
Limitaciones para los jubilados y pensionados
Esta medida ha generado preocupación entre los jubilados y pensionados, ya que las pensiones no se ajustarán al mismo ritmo que el salario mínimo. Esto podría afectar negativamente su poder adquisitivo y su capacidad para cubrir necesidades esenciales, agravando la situación económica de este sector de la población.
Desafíos Futuros para las Administraciones de Seguridad Social
La desindexación del salario mínimo y la adopción de la UMA como referencia para el aumento de las pensiones presentan un desafío significativo para instituciones como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Estas entidades deberán gestionar el crecimiento limitado de las pensiones en un contexto de inflación moderada, buscando mantener la estabilidad financiera y el bienestar de los beneficiarios.