En un ataque masivo y prolongado, Rusia lanzó una ofensiva contra Ucrania que afectó a 15 de las 24 regiones del país. Este suceso, que ha tenido un impacto significativo en la población y la infraestructura, involucró el uso de aproximadamente un centenar de drones kamikaze iraníes Shahed y una cantidad similar de misiles de diversos tipos.
Impacto del ataque
El ataque resultó en la trágica pérdida de cuatro vidas y dejó a muchas personas heridas. Uno de los principales objetivos fue el sistema energético ucraniano, lo que provocó daños considerables en infraestructuras eléctricas de varias regiones, incluyendo Kiev, Leópolis y Zaporiyia. Estos daños han tenido un efecto directo en la vida diaria de los ciudadanos, ya que las autoridades se vieron obligadas a implementar cortes de electricidad de emergencia.
Desarrollo de la ofensiva
La ofensiva comenzó en la madrugada y se extendió hasta bien entrada la tarde, con ataques sucesivos de drones y misiles, entre ellos misiles hipersónicos Kinzhal. Este ha sido el noveno bombardeo masivo desde marzo, y su intensidad y duración han sido motivo de preocupación tanto dentro como fuera de Ucrania.
Defensas aéreas en acción
A pesar de la magnitud del ataque, las defensas aéreas ucranianas lograron interceptar y derribar varios drones y misiles, especialmente en la región de Kiev. La capacidad de respuesta de estas defensas ha sido crucial para minimizar el daño potencialmente catastrófico que podría haber resultado de este asalto.
La situación sigue siendo tensa y el impacto total del ataque aún está siendo evaluado por las autoridades y los equipos de emergencia en el terreno. La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de estos eventos, esperando una pronta resolución del conflicto.
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