Controversia por el cambio de denominación de Eldorado
La propuesta para renombrar Eldorado en honor a Andrés Manuel López Obrador ha provocado reacciones negativas dentro de la comunidad local. Paola Iveth Gárate Valenzuela, líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Sinaloa, expresó su descontento durante una conferencia de prensa, calificando la iniciativa como inapropiada.
Gárate Valenzuela argumenta que es lamentable intentar cambiar el nombre de un municipio sin haber asegurado previamente el desarrollo y seguimiento adecuados. Según ella, esta medida podría desviar la atención de los problemas esenciales que enfrenta la comunidad.
Inadecuado procedimiento para el renombramiento
La dirigente del PRI señaló que no se ha seguido un proceso adecuado para llevar a cabo el cambio de nombre. Además, destacó que no se han cumplido los plazos establecidos, lo que ha generado confusión y desorganización entre los miembros del Cabildo.
Esta falta de rigor en el procedimiento administrativo plantea dudas sobre la viabilidad de la iniciativa y cuestiona la transparencia de las autoridades implicadas en la propuesta.
Falta de reglamentación y estructura administrativa
Gárate Valenzuela destacó la ausencia de un reglamento que brinde claridad y una ruta definida para los integrantes del Cabildo en relación con el renombramiento de Eldorado. Esta carencia normativa dificulta la implementación efectiva de la propuesta.
Además, la líder del PRI mencionó que el nuevo municipio requiere una mayor organización administrativa para poder enfrentar adecuadamente los desafíos existentes, lo cual no se ha considerado en la iniciativa actual.
Enfoque en el desarrollo antes del cambio simbólico
Finalmente, la dirigente del PRI subrayó la importancia de priorizar el desarrollo y la gestión eficiente del municipio antes de contemplar cambios simbólicos como el renombramiento de Eldorado. Según Gárate Valenzuela, es fundamental fortalecer las estructuras locales para garantizar un progreso sostenible.
Este enfoque resalta la necesidad de abordar los problemas reales de la comunidad antes de realizar modificaciones en la identidad simbólica del municipio, asegurando así una base sólida para futuros cambios.