En respuesta a la reciente detención de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López en Estados Unidos, aproximadamente 200 elementos de las Fuerzas Especiales del Ejército Mexicano llegaron a Culiacán para reforzar la seguridad en la región. Esta decisión fue confirmada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) como parte de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública y la política de ‘cero impunidad’ del Gobierno Federal.
Colaboración con autoridades locales
La Sedena ha mencionado que estos efectivos colaborarán estrechamente con las autoridades locales para combatir la delincuencia organizada. Su objetivo es garantizar la libertad, el orden y la paz pública, lo que permitirá que la población realice sus actividades cotidianas con normalidad. Este tipo de operaciones son cruciales en momentos de tensión debido a la actividad delictiva, y se espera que la presencia militar ayude a restablecer la confianza en el entorno social.
Características de las Fuerzas Especiales
Las Fuerzas Especiales se destacan por su gran movilidad y flexibilidad, lo que les permite llevar a cabo operaciones coordinadas junto a distintas autoridades. Esto es fundamental no sólo en la lucha contra el narcotráfico, sino también para responder ante cualquier eventualidad que pueda surgir en la región. Su entrenamiento especializado les prepara para actuar de manera rápida y efectiva, lo que es vital en situaciones de crisis como la que se está viviendo tras las detenciones recientes.
Impacto de la captura de líderes delictivos
El despliegue de seguridad ocurre horas después de la captura de Ismael “El Mayo” Zambada en un aeropuerto privado de Texas, lo que representa un importante golpe al Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones delictivas más poderosas del mundo. La detención de figuras clave en el crimen organizado no solo afecta a las estructuras internas de estas organizaciones, sino que también envía un mensaje claro sobre la determinación del gobierno para combatir la impunidad y restaurar la seguridad en el país.
De esta manera, se espera que la presencia militar en Culiacán no solo sirva como un medio para controlar la situación actual, sino que también contribuya a un cambio más duradero en la lucha contra la delincuencia organizada. Con el apoyo de las Fuerzas Especiales, las autoridades locales tienen una mejor oportunidad de implementar estrategias efectivas para enfrentar este desafío.
