Rafael es un joven de 25 años, estudiante de Química en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en la Ciudad de México. Actualmente, cursa el sexto semestre de su carrera y ha encontrado en la legalización de las drogas una causa por la que siente pasión. Desde su hogar en la colonia Narvarte, Rafael ha montado un laboratorio improvisado donde produce pequeñas cantidades de drogas sintéticas para su consumo personal. A través de sus acciones, busca demostrar que la política de drogas vigente es ineficaz y promueve la autoproducción como una alternativa para evitar la economía criminal.
El Entorno Social y su Impacto en las Adicciones
Rafael se inspira en experimentos como los del profesor Bruce Alexander sobre las adicciones. Considera que el entorno social es un factor determinante en el desarrollo de las adicciones, más allá de las propias sustancias. Esta perspectiva le ha llevado a profundizar sus conocimientos de manera autodidacta, utilizando recursos en línea para aprender sobre la fabricación de estas sustancias. Critica abiertamente la prohibición, argumentando que el problema no reside en las drogas en sí, sino en el uso indebido de estas.
Participación en la Comunidad de Psiconautas
Además de su actividad en casa, Rafael es parte de eventos donde se reúnen psiconautas para analizar la pureza de las sustancias. Su objetivo es disminuir los riesgos asociados al consumo, asegurando que quienes deciden consumir lo hagan de la manera más segura posible. Esta faceta de su activismo subraya su compromiso con la seguridad y el bienestar de otros consumidores.
Activista y No Narcotraficante
Rafael se define como un activista, no como un narcotraficante. Su interés en las drogas va más allá del simple consumo; busca entender y transformar la percepción social sobre el uso de estas sustancias. A diferencia de personajes ficticios como Walter White de «Breaking Bad», Rafael no tiene interés en enriquecerse, sino en contribuir a una discusión informada y abierta sobre las drogas y sus usos.