Vamos a ponernos en contexto rápido…Monarcas se fue, Mazatlán FC está aquí, adiós y bienvenido.
El recibir un equipo de futbol de primera división no es fácil, y más si te gusta este deporte desde hace tiempo. Todos alguna vez le fuimos o aún le vamos a un ‘grande’, es algo nuevo que no tiene arraigo ni identidad. Algo que siempre fue algo lejano, un sueño. La sensación más parecida a algo como esto fue cuando llegó Dorados a Culiacán; la pequeña diferencia es que Dorados ganó su afición desde la liga de ascenso a Primera División, en ese trecho construyó un arraigo con la afición, hizo del equipo ‘su equipo’. Lo hizo parte de ellos. Cuando llegaron los grandes, no fue difícil elegir y sentir a quién apoyar.
A lo que voy es que cuando venga Chivas, América, Cruz Azul ¿A quién vas a apoyar? ¿Qué camiseta te vas a poner? ¿Qué goles vas a festejar?
He escuchado decir a algunas personas que cuando venga a jugar ‘SU’ equipo se pondrán la camiseta de ‘SU’ equipo e irán al estadio a apoyarlos o verlos jugar. Y ¿sabes que? Es normal, Mazatlán FC debe ganarse el arraigo, si bien la afición puede apoyarlo, tendrá que ir más allá, deberá arraigarse a la ciudad, pertenecer a los mazatlecos no sólo en el nombre ni la plaza, sino en el corazón.
El arraigo se puede dar de dos formas 1. Ser campeones o esperar que los niños crezcan yendo al estadio y apoyando al equipo. Lo primero es complicado, lo segundo es a largo plazo, y la verdad es que no sabemos cuánto tiempo permanezca el equipo en la ciudad, o en primera división.
Por lo pronto, la gente irá al estadio, tendrá la oportunidad de ser parte de algo, como dije en líneas arriba, vivirá en estadio y equipo local un sueño que parecía lejano e imposible, tener fútbol profesional y aparte, ser de primera división. Será tiempo de que el Mazatlán FC y la afición nos enamoremos mutuamente. Por qué no sabemos cuánto dure o si después habrá otra oportunidad.
Por: Juan Manuel Núñez González.