Fernando Pucheta Sánchez, dirigente de la Fundación «Pucheta, Una Mano Amiga,» llegó con su tradicional recorrido por la zona rural y urbana de Mazatlán al fomentar la campaña Consume Local.
Desde hace más de 60 años, la tradición de la panadería inició con el padre de esta familia, don Casimiro Zamudio y ha permanecido durante dos generaciones más. Con la panadería y un molino de tortillas de maíz ha podido mantener a su familia compuesta por seis hijos, 18 nietos y tres bisnietos. Todos trabajan de alguna manera en ambos negocios.
La panadería de don Ruperto es famoso en temporada alta de turismo, hasta este pueblo reconocido por ser la cuna de don Cruz Lizárraga, fundador de la Banda El Recodo, se trasladan los turistas para consumir todo tipo de pan, bizcochos y bolillos, realizados en un horno de leña. Incluso en temporada de otoño-invierno, es tradicional la elaboración del pinole y la venta de cacahuate.
Sin embargo, con el aumento de casos de coronavirus las ventas se han reducido sustancialmente. Antes llegaban a producir en un solo día 500 piezas de pan, ahora hornean la mitad o menos por día y se mantienen con la venta local y de algunos comerciantes que lo venden en el puerto.
Pucheta Sánchez enalteció el trabajo que con orgullo también mostró su hijo Omar Zamudio, quien es la tercera generación que se dedica a esta actividad y que ha seguido los pasos de su padre y su madre, quien falleció hace poco más de un año, y que también fue el pilar de esta trabajadora familia, pues fue ella quien se encargó directamente de poner la tortillería en su hogar.
El Recodo, una sindicatura que se distingue por la hospitalidad de su gente, por ser cuna de muchas generaciones de músicos como la Banda El Recodo, y otros más de renombre, es también tierra de orgullosas familias que han forjado su historia en base al trabajo y la honradez pese a la dificil situación que existe actualmente , concluyó Pucheta Sánchez.