En su recorrido semanal por la zona rural, el ex alcalde de Mazatlán junto a su equipo visitó la sindicatura de Mármol, población conocida por la producción de ostiones, la cual se ha quedado poco a poco deshabitada, debido a la falta de oportunidades laborales, pues sobre todo los jóvenes se han ido a ciudades más grandes en busca de nuevos horizontes.
Entre casas deshabitadas y humildes familias, que hacen de todo para sobrevivir honradamente, Pucheta platicó con Pedro Isaac Reyes Díaz, un padre de familia de 43 años, que se ha negado a dejar su sindicatura para darle educación a su hija de 16 años y mantener también a su esposa, quien le ayuda con la venta de ostiones que él extrae del mar, arriesgando su vida.
Pucheta Sánchez valoró el trabajo que realizan estos padres de familia, que aún y a costa de su vida, son trabajadores que sufren la crisis económica desencadenada por la pandemia del coronavirus. Un buen día de extracción y venta de ostiones, significa lograr la comercialización de tres frascos grandes de ostiones; cada uno cuesta 200 pesos. Pero con la pandemia en ocasiones, llegan a vender uno solo por día, es decir tienen ingresos de 200 pesos por familia, con lo cual es muy difícil mantener a esposa e hijos, agregó el licenciado Fernando Pucheta.
La Sindicatura de Mármol es una población que tuvo hasta 3 mil habitantes en sus buenos tiempos cuando se construyó la autopista y existía la cementera. Ahora llega a un aproximado de 500 vecinos, muchos de ellos viven en el puerto de Mazatlán y sólo visitan sus hogares maternos durante los fines de semana. La falta de empleo ha provocado que este pueblo se quede solo. Es común observar casas abandonadas y algunas familias que se niegan a irse, en espera de que algún día llegue nuevos horizontes.