El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, desestimó la ‘Marcha por Nuestra Democracia’, que según organizadores congregó a 700 mil personas, mientras criticaba a los participantes durante su habitual conferencia matutina. López Obrador arremetió contra los asistentes, denominándolos como parte de una oligarquía corrupta que pretende desestabilizar su gobierno legítimo.
Durante la Mañanera del lunes, López Obrador ridiculizó la preocupación por la democracia expresada en la marcha, señalando que los convocantes eran responsables de fraudes electorales en el pasado, incluido el controvertido proceso electoral de 2006. Además, el mandatario federal rechazó las acusaciones de ser vinculado al narcotráfico, recordando casos como el del exsecretario de Seguridad, Genaro García Luna, protegido por quienes participaron en la marcha.
López Obrador enfatizó que estas movilizaciones son impulsadas por la minoría conservadora, aunque reconoció la existencia de millones de opositores a su gobierno. Sin embargo, aseguró que este bloque no tiene la capacidad para avanzar en sus agendas. La marcha, que se desarrolló en la Ciudad de México, concluyó en el Zócalo capitalino, mientras el presidente reiteraba su compromiso con la democracia y su gobierno, protegido, según él, por su «autoridad moral».