Crisis respiratoria y broncospasmo en el Papa Francisco
El pontífice de 88 años presentó una crisis aislada de broncospasmo, acompañada de un episodio de vómito con inhalación, lo que derivó en un empeoramiento repentino de su cuadro respiratorio. Durante la mañana, el Papa se encontraba realizando fisioterapia respiratoria y oraciones, lo que precedió al súbito deterioro de su estado.
El tratamiento aplicado permitió que el Papa respondiera “bien” a la terapia, sin embargo, la situación clínica requiere una evaluación cuidadosa en las próximas horas para determinar la estabilidad de sus bronquios y su condición general. La información revela un enfoque inmediato y concreto para atender la crisis sin exagerar el impacto negativo.
Detalles clínicos y respuesta inmediata
El episodio se produjo tras una sesión en la que se aplicaron cuidados respiratorios, evidenciando la vulnerabilidad del estado pulmonar del pontífice. La crisis se manifestó de forma aislada, lo que ha llevado a centrarse en intervenciones terapéuticas puntuales para mitigar el deterioro.
El manejo inicial incluyó medidas para contrarrestar el estrechamiento de los bronquios y restablecer el adecuado intercambio gaseoso, evidenciando la rapidez en la respuesta médica de la institución encargada de su cuidado.
Procedimientos médicos y seguimiento clínico en hospital
Los especialistas precisaron la necesidad de evaluar el estado del Papa en un lapso de entre 24 y 48 horas, a fin de determinar la repercusión de la crisis sobre su función respiratoria. Desde el 14 de febrero, el pontífice se encuentra hospitalizado en el hospital Gemelli, ubicado en un centro médico de referencia.
La hospitalización se debe a una infección que se complicó, inicialmente diagnosticada como bronquitis con infección polimicrobiana, y que posteriormente evolucionó hacia una neumonía bilateral. Se mantiene un monitoreo riguroso de la estabilidad clínica sin emitir juicios sobre su estado, adoptando una postura crítica y objetiva en la valoración.
Intervención terapéutica: ventilación y cuidados respiratorios
Para contrarrestar la crisis, se implementó la aspiración de los bronquios y el inicio de la ventilación mecánica no invasiva, lo que permitió observar mejoras en los intercambios gaseosos. Este procedimiento posibilita una mayor absorción de oxígeno y una eliminación eficiente de dióxido de carbono.
Además, se alternó el suministro de oxígeno suplementario de alto flujo, utilizando tanto tubo nasal como máscara, lo que refleja la precisión en la intervención médica. Paralelamente, se han mantenido las sesiones de fisioterapia respiratoria y se han continuado las oraciones en la capilla privada, aportando un componente ritual en la rutina terapéutica.
