Este sábado, en la bulliciosa Ciudad Juárez, conocida por albergar la mayor cantidad de obreros de maquiladoras en México, cientos de trabajadores y sus seres queridos se unieron en una marcha histórica. Su demanda: una reducción significativa de la jornada laboral, pasando de las actuales 48 horas a 40 horas semanales.
Convocada por la diputada Susana Prieto Terrazas, la manifestación forma parte de un movimiento nacional que busca modificar la Ley Federal del Trabajo para garantizar un máximo de 40 horas de trabajo por semana. La marcha, que partió desde el monumento a Benito Juárez hasta la Presidencia municipal, fue una expresión enérgica de la voluntad de los trabajadores por mejorar sus condiciones laborales.
A pesar del respaldo popular, los empresarios locales han expresado reservas, argumentando preocupaciones sobre los costos adicionales que esta reforma podría implicar para ellos. Mientras tanto, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha señalado la importancia de debatir este tema en el ámbito legislativo.
Sin embargo, hay voces disidentes. El magnate Carlos Slim ha opinado que los mexicanos necesitan trabajar más para ganar más, planteando una perspectiva diferente sobre el asunto.
Para que esta propuesta se convierta en realidad, deberá superar varios obstáculos legislativos. Primero, deberá obtener la aprobación del Senado mexicano y luego ser ratificada por al menos 17 congresos locales en todo el país para que tenga efectos constitucionales.
Esta marcha no solo representa un clamor por un cambio en las condiciones laborales, sino también el inicio de un debate nacional sobre el equilibrio entre la productividad, el bienestar de los trabajadores y la competitividad empresarial en México.