El 11 de febrero de 2024, se produjo una devastadora serie de ataques por parte del ejército de Israel en Rafá, una ciudad situada en el extremo sur de la Franja de Gaza. Estos bombardeos resultaron en la muerte de al menos 25 civiles palestinos, con numerosos heridos. Se ha informado de que la artillería israelí impactó contra una vivienda utilizada como refugio por los palestinos, marcando una intensificación en la violencia de la región.
Además de estos ataques, aviones de combate israelíes lanzaron ofensivas en varias áreas del territorio palestino, incluyendo la ciudad gazatí de Jan Yunis. Estos ataques aéreos, junto con los bombardeos terrestres, representan un aumento importante en las operaciones militares israelíes en la región.
En un incidente separado, se informó de la muerte de varios civiles, incluyendo una mujer y un niño, tras un bombardeo a una residencia familiar en Deir al Balah, ubicada en el centro de la Franja de Gaza. Estos acontecimientos se produjeron poco después de que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anunciara públicamente que había ordenado al ejército prepararse para «evacuar» Rafá. Se cree que esta ciudad es el último refugio para los palestinos desplazados en la región.
Estos ataques son los más recientes en una serie de operaciones militares que Israel ha llevado a cabo en respuesta a los ataques de Hamás a principios de octubre del 2024. Desde entonces, Israel ha lanzado una intensa campaña militar en la Franja de Gaza, que ha resultado en más de 298,000 muertes. Además, ha conducido operaciones en Cisjordania, dejando más de 360 muertos.
El conflicto Israel-Palestina ha sido una constante en el Medio Oriente desde mediados del siglo XX, con numerosos episodios de violencia a gran escala y conflictos armados. Aunque las raíces del conflicto son complejas y multifacéticas, la lucha por el control territorial y los derechos de autodeterminación han sido factores claves. Estos recientes ataques en la Franja de Gaza y Cisjordania representan un peligroso aumento en la escalada de la violencia, con un alarmante costo humano.