Nueva Zelanda ha sido elogiada mundialmente por la forma exitosa que ha encarado la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19. Luego de que El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) confirmara que será la primera institución certificada en el país para tratar el COVID-19 con plasma, Nueva Zelanda anunció que seguirá el ejemplo.
Lo anterior después de que México fuera uno de los primeros países en utilizar esta técnica, sumándose a una lista conformada por Estados Unidos, Italia, Reino Unido, España, Argentina, Panamá entre otros.
De acuerdo con Richard Charlewood, médico especialista en transfusiones del servicio de sangre de Nueva Zelanda, el plasma convaleciente de personas recuperadas de COVID-19 genera anticuerpos virales que podrían ayudar a otros pacientes que son portadores del virus. Ésta técnica, según Charlewood, consiste en tomar anticuerpos de la sangre de un paciente recuperado para ser transferidos a una persona infectada
El plasma recolectado es congelado para tenerlo a disposición cuando un paciente grave lo necesite. Por lo que se sugiere que se aplique a pacientes a punto de entrar a la fase de cuidados intensivos. El siguiente paso es monitorear la recuperación del enfermo. Como requisito para ser donador el paciente recuperado no debe haber presentado fiebre durante al menos las dos últimas semanas y haber pasado un mes tras su recuperación.
Por otra parte, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus sigues en inglés) autorizó que el plasma convaleciente se utilice como tratamiento alternativo para pacientes infectados por COVID-19 que presentes cuadros clínicos graves que pongan en riesgo su vida.
Al Respecto la ex directora general de la organización mundial de la Salud ha referido el uso de este proceso como una técnica compleja ya que requiere instalaciones y capacidades sofisticadas
Por: Juan Manuel Núñez González