En un dramático giro de los acontecimientos, un grupo de 20 menores de edad ha sido juramentado en las filas de las autodefensas en Ayahualtempa, Guerrero. La acción, llevada a cabo por la policía comunitaria local, resalta la desesperación de las comunidades frente al creciente acoso del crimen organizado en la región.
La semana pasada en Ayahualtempa, en el Estado de Guerrero, presenció una escena inquietante: 20 menores de entre 12 y 17 años se unieron a las autodefensas locales, portando rifles y vistiendo uniformes militares. Esta medida extrema, según la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias y Pueblos Fundadores (CRAC), es una respuesta a la falta de protección por parte de las autoridades ante el constante asedio del crimen organizado.
La situación en Guerrero ha alcanzado un punto crítico, con comunidades como Taxco y Acapulco paralizadas por la violencia. La reciente ola de delitos, incluyendo secuestros y asesinatos, ha llevado a la población a buscar soluciones por su cuenta, desafiando las estructuras gubernamentales.
La gobernadora Evelyn Salgado ha intentado calmar las críticas con cambios en su gabinete de seguridad, pero la conformación de un «Ejército de niños soldados» ha generado aún más preocupación entre la sociedad y las autoridades federales. Mientras tanto, los secuestradores de una familia en Ayahualtempa continúan prófugos, evidenciando la ineficacia de los operativos estatales y federales.
El reclutamiento de menores por parte de las autodefensas en Guerrero destaca la desesperación de las comunidades frente al fracaso de las autoridades en garantizar la seguridad. Esta medida extrema plantea interrogantes sobre el futuro del estado y la efectividad de las políticas de seguridad implementadas hasta el momento.