Fue en Olten, una ciudad suiza, donde se llevaron la sorpresa de que la lluvia de nieve tenía un color y un olor en particular: Cacao.
Fue la compañía Lindt & Sprüngli quien tuvo una falla en uno de sus sistemas de ventilación de nibs de cacao que son la base de chocolate, lo que provocó que de la fábrica salieran trozos de cacao triturados y se mezclaran con la nieve.
La compañía anunció por medio de un comunicado que dichas partículas eran inofensivas y que no causan ningún daño para los pobladores de la región ni para el medio ambiente, de cualquier forma su ventilación ya fue reparada.
Además se ofrecieron a pagar por la limpieza de los autos que fueron rociados con chocolate.
Sin duda el sueño de todo niño fue cumplido por dicha fábrica.