En un incidente alarmante que ocurrió en la ciudad costera de Mazatlán, Sinaloa, una madre dejó a sus hijas de 3 y 4 años en un automóvil bajo el intenso sol de mediodía mientras realizaba unas compras en una plaza comercial. La situación se agravó cuando la mujer se percató de que las llaves del vehículo habían quedado dentro, dejando a las menores expuestas a las altas temperaturas durante casi una hora mientras se esperaba la llegada de un cerrajero.
A pesar de los intentos de varios testigos que, preocupados por el bienestar de las niñas, llamaron a los bomberos para intentar rescatarlas, la madre se opuso a la idea de romper las ventanas del automóvil, insistiendo en que el cerrajero llegaría pronto.
Finalmente, cuando los bomberos llegaron al lugar, el cerrajero ya había conseguido abrir el vehículo. Sin embargo, la intervención de los rescatistas fue crucial para verificar el estado de las niñas. Tras tomarles los signos vitales, pudieron determinar que estaban bien, pese a la situación crítica que habían atrasmontado. El caso ha sido derivado a las oficinas del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en Mazatlán para su seguimiento.
Este incidente sirve como un sombrío recordatorio de los peligros que supone dejar a los niños en un automóvil durante largos períodos de tiempo, especialmente en climas calurosos. Los automóviles pueden llegar a alcanzar temperaturas mortales en tan solo una hora si se encuentran bajo el sol, incluso pueden llegar a los 71 grados Celsius. Si el auto está estacionado en un lugar con sombra, la temperatura interior puede alcanzar hasta los 53 grados en el mismo período de tiempo. Esta situación es especialmente peligrosa para los niños, ya que sus cuerpos se calientan de tres a cinco veces más rápido que el de un adulto.