Esta tarde fue confirmada la muerte del primer actor, Ignacio López Tarso, a los 98 años de edad.
Luego de permanecer hospitalizado a causa de una neumonía y una oclusión intestinal, el actor de la época de oro del cine mexicano, pasó a mejor vida.
Fue su hijo, Juan Ignacio Aranda, quien confirmó el deceso del histrión protagonista de “Macario”, película clave que lo impulsó en el cine mexicano.
López Tarso además del cine, también incursionó en la televisión y el teatro, que era su gran pasión.
Hacia el final de su vida se le diagnosticó con insuficiencia renal, cardiaca y pulmonar.
Nacido en una familia de escasos recursos, la única forma que tuvo de acceder a la educación fue en el Seminario Menor de Temascalcingo, en el Estado de México, donde un seminarista llegado de Estados Unidos creó un pequeño grupo de teatro para representar obras religiosas, siendo López Tarso de los primeros en levantar la mano.