Mazatlán Sinaloa.- La tarde noche del 27 de Febrero en el gran evento de la Banda el Recodo que oficialmente dió inicio a las fiestas carnavaleras, dejó en vez de un buen sabor de boca, una sensación amarga, ya que demostró el lado que nos cuesta aceptar como sociedad: la falta de educación y buenos valores.
¿Qué pasó el día de ayer?
Para entender un poco repasemos el contexto. El evento que se realizó en el estadio Teodoro Mariscal no tendría costo, pero evidentemente sería controlada la entrada, para lo cual se contrató a la empresa Ticketón y se distribuyeron los suficientes boletos para que la gente asistiera.
Pero… ¿Por qué había tanta gente?
La entrada estaba sujeta a revisión de boleto, pero, no falta la corrupción en este tipo de eventos, no estamos acusando a nadie, pero ¡Vamos! Todo mundo sabe cuándo alguien mete a alguien por influencias a éste tipo de eventos.
Otro factor, es la gente que gusta y cree que tiene derecho a acceder sin tener siquiera un boleto para el evento.
Por lo tanto, tenemos dos casos que aportaron al gran problema, que hay que decirlo, “nos causó vergüenza a nivel nacional”; Influyentismo y personas sin boleto esperando una oportunidad para entrar.
¿De verdad necesitamos tener esa forma de pensar?, decir, “no tengo boleto, pero a ver cómo le hacemos para entrar”, o “tengo un amigo que nos pasa, vamos al evento”. Para evitar éste tipo de situaciones debemos comenzar a actuar de forma coherente, mientras esperamos que el gobierno resuelva nuestros problemas es necesario que veamos nuestros valores, y nuestro criterio sobre éste tipo de situaciones.
Si no tenemos boleto, no podemos entrar. ¡Sí! Así de simple.
Ahora bien, Mazatlecos han avergonzado a Sinaloa en un evento dónde pudimos mostrar lo mejor de sí, siendo respetuosos y asumir que no tenemos el medio para acceder.
Esperamos que no volvamos a tener situaciones de éste tipo.
¿Qué vimos ayer?
Nos convertimos en lo que tanto criticamos, en aquellos que juzgamos por entrar a nuestro país de forma agresiva, contra nuestra voluntad, que vulneraron nuestra autoridad. Y sí, a esa misma autoridad que defendimos acusando a los migrantes de “sin valores”, “inconscientes”, “escorias”, esas mismas descripciones fueron aplicables a nosotros mismos, quienes desobedecimos a la autoridad y burlamos la organización que se había establecido.
Enmendemos ésta situación siendo mejor sociedad, con valores y buen criterio.
Fotos: Redes sociales