El 25 de julio, uno de los líderes más influyentes del Cártel de Sinaloa, Ismael «El Mayo» Zambada, fue detenido en un aeropuerto privado de El Paso, Texas. Esta captura no solo marca un hito en la historia del cártel, sino que también puede ser el inicio de una nueva era de incertidumbre y reacomodo interno en la organización criminal. Después de más de dos décadas de liderazgo, su salida del cártel ha generado preocupaciones sobre una posible guerra interna entre las facciones que buscan el control del territorio y las actividades delictivas.
Descomposición del Cártel de Sinaloa
A pesar de la detención de «El Mayo», otros líderes como Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, conocidos como Los Chapitos, y Aureliano «El Guano» Guzmán, hermano de Joaquín «El Chapo» Guzmán, continúan al mando. Sin embargo, «El Mayo» contaba con un grupo de leales seguidores que podrían complicar los planes de las otras facciones. La lealtad que había cultivado durante su tiempo al frente podría ser un factor determinante en la lucha de poder que se avecina.
Conflictos en la región de Sonora
Los primeros signos de esta inestabilidad se están viendo en Sonora, donde la competencia por el control de las rutas del tráfico y las actividades delictivas ha comenzado a intensificarse. Grupos criminales que antes operaban juntos bajo el paraguas del Cártel de Sinaloa ahora están fragmentándose, lo que ha repercutido en el tráfico de personas y drogas. Esta descomposición está generando que diferentes facciones exijan pagos a los migrantes que buscan cruzar la frontera, complicando aún más una situación ya crítica.
Aumento de la violencia y la competencia
La captura de «El Mayo» ha creado un vacío de poder que varias células delictivas, como Los Chapitos y Los Salazar, buscan llenar. Esta competencia por el control de las actividades criminales está llevando a un aumento de la violencia y la inestabilidad en la región. Las facciones, en su intento por establecer dominio, están provocando un clima de miedo y desconfianza que afecta tanto a la población local como a los migrantes que intentan cruzar la frontera.
En conclusión, la detención de Ismael «El Mayo» Zambada no solo marca un cambio significativo en la estructura del Cártel de Sinaloa, sino que también abre la puerta a una serie de conflictos internos que podrían tener repercusiones graves en la seguridad de la región. La fragmentación del cártel y el aumento de la competencia entre facciones representan un desafío que podría prolongar la violencia en la zona por un tiempo considerable.