Por: Juan B. Ordorica
Culiacán, Sinaloa.-Es innegable que López recorrió el país como un candidato en solitario. Sus adversarios quedaron borrados; simplemente, no estuvieron en competencia. El diagnóstico de la situación del país, tras los meses de campaña, no fue halagador. El candidato López, durante ese tiempo, atinadamente desarrolló un plan de nación con puntos realmente interesantes. Para algunos especialistas sus propuestas parecen demagógicas y rayan en el populismo, pero nada que el gobierno anterior no hiciera peor.
El gobierno generó un apocalipsis doméstico, un desastre para la clase media y los sectores campesino y obrero. Las clases empresariales tuvieron excesos galopantes que llevaron a López a más de un desencuentro durante la campaña. Aun así, hubo encuentros para trazar un plan de desarrollo nacional con la visión integradora posible.
La premisa de construir un modelo de desarrollo enmarcado por un gobierno fuerte y sectores sociales dependientes del Estado, generó varias propuestas de campaña dignas de tomar en cuenta en un plan alternativo de nación:
Priorizar el gasto de gobierno en inversión pública para promover el desarrollo; proteger el consumo de los grupos vulnerables; otorgar créditos competitivos que eviten la especulación; tener un tipo de cambio competitivo; invitar a los empresarios a retener sus inversiones en el país por medio de un código moral; restringir el flujo de importaciones e incentivar la producción nacional; quienes más poseen, más deberán aportar; quienes menos, reducírseles la carga fiscal, así habrá ahorro y capitalización.
La gran crítica a López siempre fueron los “cómos” de su campaña. Las ideas abstractas siempre estuvieron ahí, pero, por su puesto, que en varias ocasiones enumeró las formas de alcanzar sus propuestas y sus detractores decidieron ignorarlas. En más de una ocasión, el candidato del cambio de régimen fue enfático en promover la autosuficiencia alimentaria. Impulsar el desarrollo del campo con precios de garantía y subsidios al productor. El gobierno será el responsable del acopio y distribución de los granos para evitar el llamado coyotaje.
La lucha de López en su campaña fue contra un gobierno ineficiente, corrupto y desestabilizador del pueblo. El gobierno es el obligado a sacar adelante a sus ciudadanos; no ser el ente sobrevalorado a las disposiciones de los dueños del capital… Gran lucha de López.
El diagnóstico fue acertado y sus propuestas cuajaron entre los votantes. El carisma de López y la grandeza de su ambición histórica no tuvieron paralelismo en la contienda… después ganó la elección y llegó el gobierno con una abrumadora mayoría en el Congreso. López Portillo aplicó gran parte de su plan de gobierno y sus propuestas no se quedaron sin ejecutar. El resto es historia.
Nota: fragmentos tomados de la revista proceso del 11 de diciembre de 1976 y del artículo “El proyecto nacional de López Portillo” de Gastón García Cantú.