En medio de la campaña presidencial rumbo a 2024 y tras la devastación causada por el huracán Otis en Acapulco y Guerrero, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha respondido a las críticas de exmandatarios del país, incluyendo Ernesto Zedillo, Felipe Calderón y Vicente Fox. Estos ex presidentes afirmaron que México enfrentaba signos de regresión democrática y peligro para su sistema democrático.
La respuesta de AMLO fue contundente: «Queremos que no se confunda la oligarquía con una democracia. Los ex presidentes, como Zedillo, Calderón, Fox y Salinas, representaban grupos de intereses creados, no al pueblo de México».
El contexto de esta controversia es relevante, ya que se produce en un momento crucial en la carrera presidencial y después de la tragedia causada por el huracán Otis. Calderón había criticado la respuesta del Gobierno ante esta catástrofe, acusando un uso indebido de fondos públicos.
López Obrador destacó las diferencias fundamentales en sus proyectos de nación y acusó a los expresidentes de defender el modelo neoliberal, beneficiando a los sectores privilegiados a costa del sufrimiento de la mayoría de la población.
Ernesto Zedillo, desde su posición en Estados Unidos como profesor en la Universidad de Yale, cuestionó la relación del presidente con la Suprema Corte y la independencia judicial, argumentando que atentaba contra la democracia en México. AMLO reiteró su compromiso con una «auténtica democracia» en la que el gobierno represente a todos, ricos y pobres, y no a intereses oligárquicos.
Esta confrontación entre AMLO y los expresidentes se da en un contexto político tenso y podría tener un impacto significativo en las elecciones presidenciales de 2024.