En Culiacán, al norte de la ciudad, se encuentra un lugar que llama la atención por su peculiaridad: un basurón municipal que alberga más de 50 unidades vehiculares en estado de abandono. Este sitio, que se extiende entre las colonias Loma de Rodriguera y la Pitahayita, se ha convertido en lo que podría describirse como un «cementerio de autos».
Un paisaje de abandono
Entre los vehículos abandonados se encuentran camiones, góndolas, pipas y, en su mayoría, camiones de basura. Muchas de estas unidades han estado expuestas al paso del tiempo y las inclemencias del clima, lo que ha provocado su oxidación, dándoles un aspecto aún más desolador. El sitio, que en apariencia podría confundirse con un corralón, refleja un escenario de descuido y desuso.
Camiones llenos de basura
Un detalle que llama la atención es que algunos de estos vehículos fueron dejados con su carga completa de desechos, sin haberse vaciado en el basurón. Esta situación no solo contribuye al deterioro de las unidades, sino que también representa un problema ambiental y de salubridad para la zona. La acumulación de basura en camiones cerrados y abandonados propicia la proliferación de olores desagradables y posibles focos de infección.
Impacto en la comunidad
La presencia de este «cementerio de autos» no pasa desapercibida para los residentes de las colonias cercanas. Para la comunidad, es un tema de preocupación, ya que el aspecto de abandono y la acumulación de desechos pueden afectar la calidad de vida en el área. Además, este tipo de situaciones invitan a reflexionar sobre la gestión de residuos y las responsabilidades correspondientes para evitar que lugares como este sigan existiendo.