El submarino Titan, que desapareció durante una expedición a los restos del Titanic, ha superado el límite estimado de 96 horas de oxígeno a bordo el pasado jueves, en un momento crucial de los intensos esfuerzos por salvar a las cinco personas que se encontraban en su interior.
Cuando el Titan partió a las 6:00 de la mañana del domingo en el Atlántico Norte, se estimó que tenía oxígeno suficiente para aproximadamente 96 horas, estableciendo un plazo límite para el rescate entre las 6:00 y las 8:00 de la mañana del jueves, según informaron los guardacostas estadounidenses y la compañía organizadora del viaje.
Sin embargo, los expertos advirtieron que este cálculo era impreciso y que el tiempo podría prolongarse si los pasajeros habían tomado medidas para conservar el aire. Aunque aún se desconoce si los ocupantes seguían con vida después de la desaparición del submarino el domingo por la mañana.
En un esfuerzo por localizar la embarcación, los equipos de rescate enviaron más barcos a la zona de desaparición. La Guardia Costera estadounidense informó el jueves que un robot submarino enviado por un barco canadiense había llegado al fondo marino y había comenzado la búsqueda del submarino.
Las autoridades confiaban en que los sonidos detectados bajo el mar pudieran reducir el área de búsqueda, que se había ampliado a un área del doble del tamaño de las Bahamas, con profundidades de hasta 4.020 metros. Sin embargo, encontrar un objeto del tamaño del submarino, que mide aproximadamente 6,5 metros de largo y casi 3 metros de alto, en entornos completamente oscuros como el lecho marino, representa un desafío considerable.
La zona norte del Atlántico donde el Titan desapareció es propensa a la niebla y las tormentas, lo que dificulta aún más la misión de búsqueda y rescate. A pesar de los obstáculos, las autoridades mantenían la esperanza de salvar a los tripulantes, pero el tiempo se agotaba rápidamente.
Mientras tanto, se revelaron advertencias sobre la seguridad del submarino durante el desarrollo de la expedición. Medios de todo el mundo informaron sobre la llegada de la hora crítica para el sumergible, y las imágenes mostraban un reloj con una cuenta regresiva que indicaba cuándo se estimaba que el oxígeno en el vehículo se agotaría.
El capitán Jamie Frederick de la Guardia Costera afirmó que esta era una misión de búsqueda y rescate y que las autoridades aún tenían esperanzas de encontrar con vida a los cinco tripulantes. Aunque los sonidos detectados ofrecían cierto aliento, ya que los submarinistas a menudo golpean el casco de sus embarcaciones para ser detectados cuando no pueden comunicarse con la superficie.
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