En una conmovedora muestra de solidaridad, el trágico fallecimiento del joven Joel Isaac, de 15 años, a raíz de una fuerte descarga eléctrica que sufrió mientras trabajaba en un taller de soldadura en la sindicatura de Alhuey, en el municipio de Angostura, se ha convertido en una oportunidad para regalar la vista a otras personas. Joel, quien falleció el viernes en el Hospital Pediátrico de Sinaloa, se ha convertido en un verdadero héroe al salvar la vista de una o dos personas a través de la donación de sus córneas.
Carlos Mijail Suárez Arredondo, director del Hospital Pediátrico de Sinaloa, compartió que Joel Isaac luchó tenazmente tras sufrir varios paros cardiorrespiratorios, pero lamentablemente su estado evolucionó hasta la muerte cerebral. A partir de ahí, la familia de Joel tomó una valiente decisión: donar sus órganos. Aunque solo se pudieron obtener las córneas, este gesto altruista permitirá que otras personas puedan recuperar su vista y experimentar una transformación en sus vidas.
«La trágica experiencia de Joel nos recuerda la importancia de la donación de órganos. Su familia ha establecido un impactante precedente al tomar esta decisión en medio de la tristeza. Aunque nuestro hospital está equipado con los recursos y profesionales necesarios para llevar a cabo trasplantes, el tema de la donación de órganos sigue siendo un desafío en la sociedad actual. Trabajaremos incansablemente para crear conciencia y salvar más vidas», enfatizó Suárez Arredondo.
El joven Joel Isaac, a pesar de su corta edad, ya mostraba una vocación de servicio al ingresar como voluntario en la Cruz Roja de Angostura. Su pasión por ayudar a personas en situaciones vulnerables lo llevó a ser parte activa del grupo juvenil de la institución. Su trágico fallecimiento ha conmovido profundamente a la sociedad angosturense y ha resaltado la importancia de la generosidad en medio de la adversidad.
La historia de Joel Isaac trascenderá como un ejemplo conmovedor de amor y solidaridad. Su legado vivirá en aquellos que recuperen la vista gracias a sus córneas, demostrando que incluso en los momentos más oscuros, el espíritu humano puede brillar con altruismo y esperanza.