Javier Milei, de 53 años, conocido por sus ideas radicales y estilo agresivo, logra una victoria contundente con casi el 56% de los votos, frente al 44% de Massa. Este resultado marca un hito al convertirse Milei en el primer economista en llegar a la presidencia de Argentina.
Milei, quien en sus actos llevaba una motosierra simbolizando la reducción del gasto público, anunció planes de privatizar empresas estatales, reformar el sistema de salud y educación, eliminar el banco central y dolarizar la economía. Su enfoque disruptivo encontró apoyo entre los votantes desencantados con los partidos tradicionales.
La sorpresa electoral se intensifica al recibir felicitaciones de líderes internacionales, como Donald Trump y Jair Bolsonaro, quienes elogian su triunfo y destacan la esperanza renovada en Sudamérica.
A pesar de sus posturas controvertidas, como cuestionar el cambio climático, oponerse al aborto legal y criticar al papa Francisco, Milei conectó con electores jóvenes, hastiados de décadas de crisis. El economista logró capitalizar el descontento generalizado, superando al candidato Massa, quien reconoció la derrota antes de conocer los resultados oficiales.
Sin embargo, Milei enfrenta desafíos significativos, ya que carece de mayoría en el Congreso y enfrenta resistencia de los gremios y movimientos sociales. La polarización en Argentina se intensifica con una parte del país temerosa del cambio radical propuesto por Milei.
La victoria de Milei señala un cambio profundo en el panorama político argentino, con la promesa de una reconstrucción que desafía el modelo de Estado omnipresente y busca impulsar al país hacia una nueva era bajo principios libertarios y radicales.