El intento del equipo de Claudia Sheinbaum por invitar a la princesa Leonor de España a su toma de posesión como presidenta de México ha causado una serie de tensiones diplomáticas entre México y España. Esta decisión se produjo después de que se decidiera excluir al rey Felipe VI del evento, lo que desencadenó una serie de reacciones por parte del gobierno español.
Una llamada tensa entre líderes
La situación escaló cuando se llevó a cabo una llamada telefónica entre Claudia Sheinbaum y el presidente español, Pedro Sánchez, la cual fue descrita como tensa. Esta conversación reflejó el malestar de España ante la exclusión del monarca, lo que terminó con la decisión del gobierno español de no enviar a ningún representante oficial a la ceremonia.
El origen de la controversia
La controversia tiene sus raíces en la solicitud previa del gobierno mexicano a la Corona española para que pidiera disculpas por los acontecimientos de la Conquista. Esta petición fue mal recibida en España y contribuyó a la creciente tensión entre ambos países. Además, el equipo de transición de Sheinbaum llegó a la conclusión de que no era viable separar la invitación al gobierno español de la representación de la Corona, lo que complicó aún más las relaciones.
Argumentos sobre la exclusión del rey
El portavoz presidencial de México argumentó que la presencia del rey Felipe VI en la toma de posesión podría restar importancia a los logros sociales recientes en el país. Esta perspectiva enfatiza la intención del nuevo gobierno de centrar la atención en las conquistas sociales internas y evitar cualquier simbolismo que pudiera desviar el enfoque de estos avances.