La fuente del problema
Los vecinos han observado que la vegetación crecida y la acumulación de basura han creado un ambiente propicio para la proliferación de ratas. «Ya tiene unos 10 años sin gente esa casa, ahí te asomas y está la maleza crecida, con basura y un montón de animales», comentó una de las vecinas del lugar. Este entorno no solo atrae a los roedores, sino que facilita su desplazamiento hacia las casas aledañas.
Impacto en la comunidad
El incremento de la plaga ha generado diversos problemas entre los residentes. Alimentos dañados por las mordeduras de las ratas han obligado a más de uno a tirar despensa, lo que aumenta la frustración y el riesgo de insalubridad. «Salen un montón y no son ratitas, son conejos, están más grandes que mi perro chihuahua», expresó una preocupada habitante.
Preocupaciones por la salud
La posibilidad de enfermedades como la fiebre tifoidea o el dengue es una de las principales preocupaciones de los vecinos. La incertidumbre sobre cómo enfrentar esta plaga y la falta de contacto con los propietarios del inmueble abandona a la comunidad en un estado de vulnerabilidad. «Ya no sabemos ni qué hacer para correrlas», manifestó un residente, reflejando la desesperación que se vive ante esta situación crítica.