Nuevo Gravamen a Pasajeros de Cruceros en México
El Congreso mexicano ha establecido un impuesto de $42 destinado a los pasajeros de cruceros que visiten los puertos del país. Este gravamen, que se implementará en 2026, forma parte de una estrategia para mitigar los déficits fiscales que enfrenta México. La decisión ha suscitado un amplio debate entre la industria turística y otros sectores económicos, poniendo en riesgo la posición de México como un destino líder en el Caribe.
Las líneas de cruceros, junto con negocios locales y expertos de la industria, han expresado su preocupación respecto a este nuevo impuesto. Consideran que el incremento en los costos podría disuadir a los turistas de elegir México como destino de cruceros, afectando negativamente la economía local y la competitividad del país en la región caribeña.
Este impuesto forma parte de un esfuerzo más amplio por generar ingresos adicionales. Una parte significativa de los fondos recaudados está destinada a gastos militares, lo que ha generado críticas sobre la asignación de estos recursos. Los detractores argumentan que esta distribución podría obstaculizar el crecimiento del sector turístico, del cual depende gran parte del impuesto.
Históricamente, los pasajeros de cruceros han estado exentos de tarifas similares, ya que usualmente permanecen a bordo durante las visitas a los puertos. En lugar de un impuesto directo, se han pagado tasas portuarias que cubren costos operativos como el pilotaje y el atraque. La introducción de este nuevo gravamen representa una modificación significativa en la política de tarifas para turistas.
Impacto Económico y Reacciones de la Industria de Cruceros
La implementación de este impuesto afectará a cada pasajero de crucero, independientemente de si desembarca o no. Esto significa un aumento en los costos para los turistas y las líneas de cruceros, quienes deben absorber este gasto adicional en sus operaciones.
Grandes líneas de cruceros como Carnival, Royal Caribbean y Norwegian han manifestado su oposición pública al nuevo impuesto. Estas compañías temen que el incremento en los costos pueda desincentivar a los viajeros, llevándolos a optar por destinos alternativos que no imponen tales gravámenes.
La Florida-Caribbean Cruise Association (FCCA) ha solicitado a la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum reconsiderar esta medida. La organización advierte que el impuesto podría disuadir a más de 10 millones de pasajeros anuales de elegir México como destino, lo que tendría un impacto negativo en la industria turística nacional.
Por su parte, la Asociación Mexicana de Agentes de Envío ha respaldado estas preocupaciones, señalando que el impuesto podría convertir a los puertos de México en algunos de los más caros a nivel mundial. Un portavoz de la asociación ha indicado que esta medida podría reducir la competitividad de México en la región, desviando itinerarios hacia naciones vecinas que ofrecen condiciones más favorables para las líneas de cruceros.
Consecuencias para las Comunidades Locales y el Turismo Regional
El turismo de cruceros es un motor económico fundamental para diversas comunidades locales, especialmente en regiones como la Península de Yucatán. Destinos emblemáticos como Cozumel, conocida como la “capital mundial de los cruceros”, reciben millones de pasajeros cada año, lo que genera ingresos significativos a través de la hospitalidad, el comercio minorista y el transporte.
Un decrecimiento en el turismo de cruceros, provocado por el aumento de costos, podría tener graves repercusiones para los pequeños negocios y los trabajadores que dependen de esta industria. La disminución en el número de visitantes podría traducirse en menores ingresos, pérdida de empleos y una recesión económica en estas áreas.
Además del impuesto principal, a partir de 2025, los pasajeros de cruceros enfrentarán una tarifa adicional de $5 destinada al Fondo Nacional de Prevención de Desastres de México. Aunque esta iniciativa busca apoyar los esfuerzos de recuperación ante huracanes y otros desastres naturales, el efecto acumulativo de estos impuestos podría hacer que México sea menos atractivo en comparación con otros destinos caribeños vecinos.
La combinación de estos gravámenes podría afectar la percepción de México como un destino turístico accesible y competitivo, lo que tendría un impacto negativo tanto en las economías locales como en la imagen internacional del país como un destino preferido para cruceros.