La sequía que azota al estado de Sinaloa no solo ha puesto en riesgo la actividad agrícola de la región, sino que también amenaza con generar un daño económico significativo. Se estima que las consecuencias de esta severa sequía podrían traducirse en pérdidas económicas por el orden de los 15 mil millones de pesos, lo que representa aproximadamente el 2% del Producto Interno Bruto (PIB) de la entidad. Esta situación ha encendido las alarmas entre expertos y autoridades locales.
La respuesta del gobierno ante la sequía
En un intento por mitigar los efectos de esta crisis hídrica, el Gobierno del Estado de Sinaloa ha implementado un programa enfocado en el bombeo de agua de pozos profundos, con una inversión de 40 millones de pesos. Sin embargo, Luis Armando Becerra Pérez, doctor en Ciencias Económicas y Sociales por la Universidad Autónoma de Sinaloa, señala que esta medida podría ser insuficiente ante la magnitud del problema. Becerra Pérez destacó que la situación no es única de Sinaloa, sino que afecta a toda América del Norte, siendo parte de un problema climático más amplio asociado al fenómeno de El Niño.
El estado crítico de las presas en México
Una muestra clara del severo impacto de la sequía en Sinaloa es el estado actual de sus embalses hidráulicos. De las 202 presas existentes en México, 116 se encuentran entre el 70 y el 80 por ciento de su capacidad. Sin embargo, en Sinaloa, los 11 embalses hidráulicos operan a apenas el 18 por ciento de su capacidad de almacenamiento. Esta drástica reducción en la reserva de agua pone en riesgo no solo la agricultura sino también el suministro para uso doméstico y actividades cotidianas.
Recomendaciones para la conservación del agua
Ante este escenario, Becerra Pérez insta a la población a adoptar medidas de conservación del agua en sus actividades diarias. Algunas acciones simples, como cerrar las llaves en las casas, evitar el desperdicio de agua al bañarse y reportar fugas, pueden contribuir significativamente a mitigar los efectos de la sequía. La situación demanda un esfuerzo conjunto de la sociedad y el gobierno para enfrentar uno de los desafíos más grandes en la historia reciente de Sinaloa.