En un ambiente tenso, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, abordó el tema de la filtración masiva de datos de periodistas durante su habitual conferencia matutina del lunes. Afirmó que el incidente fue resultado de un hackeo a la base de datos del gobierno, diseñado para difundir la idea de que su administración es autoritaria y represiva.
López Obrador, conocido por su estilo franco, declaró que «falló la seguridad o fueron muy buenos los hackeadores», mientras insinuaba que sus adversarios políticos podrían estar detrás del incidente, aludiendo a su capacidad financiera para contratar expertos en ciberdelincuencia.
La filtración, que ocurrió el viernes, expuso datos personales sensibles de cientos de periodistas mexicanos, incluyendo documentos de identificación, correos electrónicos y domicilios. Ante esto, el presidente anunció que se presentará un informe al Instituto Nacional de Transparencia (INAI) para investigar el ciberataque.
El INAI, por su parte, advirtió a través de sus redes sociales que, de no recibir una respuesta adecuada por parte de la Presidencia sobre el incidente, se iniciará una investigación de oficio que podría extenderse hasta 50 días hábiles. Instaron a tomar medidas para garantizar la seguridad y protección de los datos personales de los ciudadanos.
En medio de la tensión generada por el tema, López Obrador intentó aligerar el ambiente con un comentario humorístico, señalando cómo los periodistas presentes en la conferencia estaban más preocupados por hacer preguntas que por el frío ambiente. No obstante, reiteró su compromiso de emprender acciones legales contra los responsables de la filtración.
El incidente ha avivado el debate sobre la seguridad de los datos personales en México y ha puesto de relieve la creciente preocupación por la privacidad en un entorno cada vez más digitalizado y vulnerable a ataques cibernéticos.