El 8 de marzo de 2024, en un evento que resuena con la historia de la lucha feminista global, colectivas feministas en Michoacán, México, se unieron en una asamblea para elevar una voz colectiva contra la instrumentalización política de su movimiento. Este día, que coincide con la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, sirvió como plataforma para que estas mujeres demandaran a los partidos y representantes políticos de diversos espectros ideológicos el respeto hacia la autonomía de su lucha. Este llamado surge en un contexto en el que, históricamente, los movimientos sociales han sido cooptados por intereses políticos, diluyendo sus demandas y apropiándose de sus logros para fines electorales.
Demandas y Denuncias
En su marcha por las calles de Michoacán, las feministas no sólo exigieron respeto hacia su movimiento, sino que también hicieron énfasis en la necesidad de que el gobierno cumpla con sus obligaciones constitucionales de garantizar los derechos de las mujeres. En particular, señalaron la violación continua de estos derechos y el mal uso de recursos destinados a programas de apoyo a las mujeres, lo que afecta de manera desproporcionada a aquellas en zonas marginadas. Además, mostraron su solidaridad con la escuela secundaria popular Carrillo Puerto, luchando por mantener su ubicación histórica, subrayando la importancia de la educación en sus demandas por justicia y equidad.
Un Evento Pacífico con Mensaje Poderoso
La marcha del 8 de marzo se llevó a cabo de manera pacífica, destacando la madurez y organización del movimiento feminista en Michoacán. A pesar de la presencia de vallas frente al Palacio de Gobierno, las manifestantes se movilizaron por lugares emblemáticos de la ciudad, incluyendo el Palacio de Gobierno y el templo de La Merced, entre otros, simbolizando con su recorrido la penetración de su mensaje en el corazón político y social de Michoacán.
El evento del 8 de marzo en Michoacán es un reflejo de la lucha continua de las mujeres por sus derechos y la integridad de su movimiento. En un mundo donde los intereses políticos a menudo buscan capitalizar los movimientos sociales, estas mujeres han alzado la voz para recordar a la sociedad y a los políticos que la lucha feminista es autónoma y no debe ser instrumentalizada. La demanda por un enfoque genuino en los derechos de las mujeres y la crítica al desvío de recursos revela una lucha más amplia por la justicia y la equidad que trasciende las fronteras de Michoacán.