En los últimos años, Europa del Este ha comenzado a destacarse como un actor relevante en el escenario del nearshoring, especialmente en países como Polonia y Hungría. Estos países están atrayendo cada vez más inversiones, particularmente por su cercanía al mercado de la Unión Europea.
El auge de la inversión en Polonia
Polonia ha visto un notable aumento en la Inversión Extranjera Directa (IED). En la última década, esta inversión ha crecido significativamente, pasando de 10,000 millones de dólares anuales a casi 20,000 millones en la actualidad. Este crecimiento se debe en parte a la necesidad de nuevas capacidades de producción que apoyen la transición hacia la neutralidad climática, especialmente en la fabricación de vehículos eléctricos y energías renovables.
Factores que impulsan el nearshoring en Europa del Este
Son varias las razones que están motivando a las empresas a considerar Europa del Este como una opción viable para sus operaciones. En primer lugar, el enfoque hacia la sostenibilidad y la reducción de la huella de carbono está empujando a las empresas a buscar ubicaciones más cercanas a sus mercados objetivo, reduciendo así las distancias de transporte.
En segundo lugar, la sobrecapacidad en China está llevando al país asiático a centrarse más en su sector manufacturero interno, lo que deja espacio para que otras regiones ocupen ese vacío en el mercado global. Finalmente, las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China han incentivado a las compañías a buscar alternativas donde puedan establecer operaciones más seguras y menos sujetas a las fluctuaciones de las relaciones internacionales.
Hungría en el mapa estratégico
Hungría ha captado la atención internacional tras la decisión de BYD, una importante empresa de tecnología y automoción, de establecer su primera planta europea en este país. Esta movida subraya el potencial estratégico de Hungría como un hub industrial en crecimiento, dispuesto a competir con otras regiones tradicionales de manufactura.
Competencia con otros mercados
A pesar de que México sigue siendo un destino atractivo para el nearshoring, gracias a su proximidad a Estados Unidos y su competitivo entorno de costos, Europa del Este está ganando terreno rápidamente. La ubicación estratégica de Polonia y Hungría, junto con su creciente infraestructura y políticas favorables a los negocios, las convierte en alternativas prometedoras para empresas que buscan optimizar su cadena de suministro en Europa.