Una contraseña o clave, es una forma de autentificación que utiliza información secreta para controlar el acceso hacia algún recurso o ciertas funciones informaticas.
Es importante que la contraseña se mantenga en secreto ante aquellos a quien no se les permite el acceso, pues de ser conocida podría ser un arma de exorsión y robo.
Business Insider declaró que en 2021 hubo aproximadamente 156,000 millones de intentos de ciberataques en México y la mayoría de estos ataques se enfocaron en tratar de descifrar contraseñas individuales.
Esta práctica delictiva se conoce como “ataque de fuerza bruta” y consiste en utilizar programas informáticos que prueban contraseñas una y otra vez hasta dar con la correcta.
Una de las claves para evitar ser víctima de este delito, es evitando el uso de una contraseña debíl.
Según un reciente estudio llevado a cabo por la empresa de seguridad ExpressVPN donde se recogen las contraseñas más comunes por país e idioma, la contraseña más utilizada en los países hispanohablantes es “mustang73”.
Por lo que si tu, eres una de las personas que tiene esta clave de acceso en sus cuentas, dispositivos o inicios de sesión, te recomendamos que la modifique cuanto antes.
Así mismo, este estudio de ExpressVPN, la contraseña más utilizada a nivel mundial es “123456”, por lo que es otra de las claves que se deben evitar ya que es una contraseña considerada débil.
¿Cuál es la diferencia entre una contraseña débil y una fuerte?
Básicamente, las contraseñas son fáciles de adivinar ya que requieren poca imaginación o siguen una secuencia lógica que se puede deducir sin esfuerzo.
Además, de acuerdo a lo que se explica en el artículo de ExpressVPN mencionado anteriormente, la creación de contraseñas está influida por el idioma y por aspectos culturales. Desde nombres de personajes famosos o equipos locales de nuestro país, hasta apellidos comunes o lugares donde pasamos las vacaciones, las personas tratamos de buscar claves y pistas en nuestro entorno.
Las contraseñas fuertes, en cambio, hacen que sea muy complicado sacar estas deducciones y la única manera de dar con ellas es a través del uso de software para adivinar la combinación.
Por eso, se recomienda mezclar letras, números, caracteres y símbolos diferentes en contraseñas largas y sin un significado claro. Idealmente, la longitud mínima de una contraseña debe ser de 8 caracteres y existen generadores de contraseñas online; esto es, plataformas donde podemos conseguir contraseñas fuertes, únicas y aleatorias.
Otras opciones y patrones de desbloqueo cada vez más habituales, especialmente en accesos a bancos y sistemas de alta seguridad, son los datos biométricos. Parece ciencia ficción, pero utilizar el reconocimiento facial, el iris del ojo o la huella dactilar ya son prácticas normalizadas en muchos entornos digitales donde la seguridad es crucial para proteger los datos de empresas e individuos. Este tipo de acceso garantiza una capa de protección mucho más fuerte, debido a que los rasgos físicos son irremplazables e inimitables.
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