En medio de un contexto marcado por los cambios climáticos globales, la escasez de agua emerge como un factor determinante que está transformando el mercado inmobiliario en México. Expertos señalan que la disponibilidad de este recurso vital se está convirtiendo en el principal privilegio para los buscadores de vivienda en el país.
La situación actual evidencia consecuencias palpables de los cambios climáticos en la vida diaria de la población. En lugares como la Ciudad de México, la disminución de los niveles de agua en el Sistema Cutzamala, principal fuente de abastecimiento, ha generado una crisis que impacta a una gran parte del territorio.
De acuerdo con especialistas, la falta de agua no solo afecta las necesidades básicas de las personas, sino que también está transformando las decisiones de compra y construcción de viviendas. La escasez del vital líquido está comenzando a ser considerada como un factor crítico que influye en la selección de ubicaciones y en el desarrollo de proyectos inmobiliarios.
Jessica Jiménez, socia de Asesoría en Sostenibilidad de KPMG México, destaca que si bien existen soluciones para el ahorro y reutilización del agua, la gravedad de la situación está estrechamente ligada al cambio climático y a las sequías acumuladas que afectan principalmente al norte y centro del país.
En este sentido, el futuro del mercado inmobiliario se vislumbra con un enfoque cada vez más centrado en la disponibilidad y gestión sostenible del agua. Los consumidores y desarrolladores están tomando en consideración la infraestructura hidráulica y la garantía de acceso a este recurso como elementos fundamentales al momento de tomar decisiones relacionadas con la vivienda.
La escasez de agua, lejos de ser un problema aislado, se posiciona como un desafío urgente que demanda respuestas a largo plazo tanto a nivel gubernamental como privado.
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