Hoy domingo, las autoridades estatales y federales entregaron oficialmente la presa Picachos en el sur de Sinaloa. Esta obra ha estado rodeada de controversias y ha sido un tema de gran discusión debido a los intereses que han surgido a lo largo de su desarrollo.
Un Movimiento Social en Defensa de los Comuneros
Atilano Román Tirado se convirtió en un defensor destacado de los comuneros afectados por la presa Picachos. Su liderazgo emergió cuando el gobierno de Sinaloa, encabezado en ese momento por Jesús Aguilar Padilla, no cumplió los acuerdos de indemnización pactados con los habitantes de las comunidades afectadas por el embalse.
El Trágico Asesinato de un Líder
La lucha de Román Tirado adquirió un tono más sombrío en octubre de 2014, cuando fue asesinado de un disparo en el rostro mientras realizaba una transmisión en vivo en una estación de radio local. Este trágico evento conmocionó a la comunidad y a sus seguidores, destacando los riesgos que enfrentan aquellos que defienden causas sociales en contextos de alta tensión.
Desafíos y Tensiones Internas
El movimiento liderado por Atilano Román Tirado no estuvo exento de desafíos. A lo largo del tiempo, hubo protestas, marchas y divisiones internas. También surgieron acusaciones de corrupción y de posibles alianzas con entidades gubernamentales o intereses oscuros, lo que complicó aún más la situación. Estas tensiones reflejan la complejidad de los movimientos sociales que buscan defender los derechos de comunidades afectadas por grandes proyectos de infraestructura.
La entrega de la presa Picachos marca un hito en la historia de esta región de Sinaloa, pero también deja un legado de resistencia y sacrificio. La memoria de Atilano Román Tirado y su lucha por los derechos de los comuneros sigue viva en la comunidad y en aquellos que buscan justicia y cumplimiento de los acuerdos prometidos.