Por: Enaes Mares
Los periodistas que asisten a las conferencias de prensa mañaneras del presidente Andrés Manuel López Obrador por lo general adornan sus preguntas con frases célebres para tratar de quedar bien con el mandatario y no verse torpes, incompetentes o simplemente no ser criticados por la opinión pública o no sentirse amenazados.
Las «mañaneras» son ejercicios que en la actualidad son innecesarios, realizados por el principal activo que tuvo el mandatario cuando fue Jefe de Gobierno de la Ciudad de México: dictar agenda pública. Y así, sin necesidad de pagar un solo peso en promoción personal, se fue construyendo por cerca de 20 años al personaje mediático y político que es actualmente AMLO.
Pocas veces han sacado de balance a AMLO en las «mañaneras», por el simple hecho de que las preguntas no son ni complicadas ni elaboradas y en muchos casos ni investigadas por los reporteros. Hemos escuchado preguntas incluso que denotan su extraordinaria salud: «Tiene mucha energía de verdad ¿utiliza cámaras hiperbáricas? Es usted como un corredor keniano». «Le tiembla la mano para poner tras las rejas a Salinas, Fox y Peña? Preguntas que en el argot periodístico se llaman «a modo».
Tuvo que llegar el periodista mexicano-estadounidense Jorge Ramos, editorialista del periódico Reforma y presentador de Univisión, para evidenciar con su dominado lenguaje no verbal y verbal no solo la pésima organización de la logística de las «mañaneras» sino también lo que parece ser ya la principal piedra en el zapato de la actual administración: la seguridad ciudadana y el aumento de robos y homicidios.
Ramos puso en tela de juicio, con solo 10 intervenciones y en un diálogo que duró poco más de 20 minutos, lo que piensa AMLO de la prensa, lo hizo titubear, equivocarse y e incluso insultar al periódico Reforma, acusándolo de «vendido» y apoyar a todos los presidentes anteriores. Ramos abrió un diálogo constructivo sobre la libertad de expresión y desnudó lo que piensa AMLO de la prensa que no está a modo: «Ni Reforma ni ninguno de nosotros va a revelar las fuentes de información», responde Ramos en una de sus intervenciones.
Espero que AMLO, en alguna gira que realice en el interior de la República, no arremeta contra Jorge Ramos de manera violenta como lo ha hecho de manera regular cada vez que comete una pifia de comunicación.
También espero que este ejercicio de Jorge Ramos sea el inicio de una nueva era en la forma de preguntar en las mañaneras y el Gobierno Federal se replantee la estrategia de comunicación que consiste en dominar y acaparar todo el aparato comunicacional, que ya no permiten voz ni voto para colegios, instituciones u organismos descentralizados incluyendo al aparato Judicial y Legislativo con los cambios que vienen en el Canal del Congreso y en el Canal Judicial.
El creciente nivel de robos y violencia, por respeto a las víctimas y familiares de las víctimas, no merece ser repelado con mensajes institucionales ni mostrando funcionarios con traje militar y desmañanados. Con este tipo de comunicación frontal, con esos pálidos escenarios, AMLO envía un mensaje totalmente opuesto al que quiere dar a la población: el aparato de seguridad del Gobierno, en efecto, no está trabajando para luchar en contra de la delincuencia organizada. Solo están sentados en las mañaneras sin voz y sin ejercer acciones concretas.