24 de febrero: Día de la Bandera, símbolo de libertad, independencia y soberanía.
https://t.co/uM2tdc1Yj3— Claudia Sheinbaum Pardo (@Claudiashein)
February 24, 2025
Historia y Legislación del Día de la Bandera Mexicana: Origen y Marco Legal de Símbolos Patrios
El Día de la Bandera Mexicana se estableció el 24 de febrero de 1934, en el marco de la primera legislación sobre los emblemas nacionales. Este acontecimiento marcó un punto de partida en la formalización de los símbolos patrio, al tiempo que se sentaron bases normativas para su preservación.
En 1940 se reconoció oficialmente la importancia de esta fecha mediante un decreto presidencial, fortaleciendo la vigencia de los símbolos nacionales en el ámbito legal. La medida, adoptada durante la administración de un presidente destacado, representó un impulso a la institucionalización de las tradiciones históricas.
Composición y Significado de los Colores y Escudo: Elementos y Simbolismo del Emblema Nacional
La bandera nacional se distingue por la combinación de tres colores, cada uno con un significado propio: el verde, que simboliza la esperanza; el blanco, asociado a la paz; y el rojo, que representa la pasión, el valor y en algunas interpretaciones históricas, la sangre derramada por héroes. Estos colores forman parte integral de la identidad y el patrimonio cultural mexicano, sirviendo como recordatorio de valores fundamentales.
El escudo nacional, presente en la enseña, alude al mito de la fundación de Tenochtitlán. El relato narra que la señal para establecer la gran ciudad fue la aparición de un águila devorando a una serpiente, un símbolo históricamente interpretado como presagio de bendición y prosperidad para el sitio destinado a convertirse en el corazón de la nación.
El Mito de Tenochtitlán: La Leyenda del Águila y la Serpiente
La leyenda que inspira el escudo nacional se centra en la imagen del águila y la serpiente, elementos que encarnan un complejo simbolismo en la historia indígena. Esta narrativa, que ha trascendido el tiempo, se asocia con el establecimiento de Tenochtitlán, describiéndose como una señal crucial para la futura grandeza de la ciudad.
La interpretación crítica de este mito ha permitido que se mantenga vigente como parte del acervo cultural y simbólico de México, haciendo énfasis en la importancia de conservar un patrimonio que refleja tanto el pasado prehispánico como la formación de la identidad nacional.