El anime «Dragon Ball» es una serie que ha tenido un enorme impacto en la cultura popular mexicana desde su primera transmisión en 1993, se convirtió en uno de los programas más queridos y seguidos por la audiencia mexicana, estableciendo un precedente para la llegada de otras series de anime en la televisión mexicana.
Sin embargo, su introducción a México no estuvo exenta de dificultades. Inicialmente, la serie se adaptó bajo el título «Zero y el Dragón Mágico» por la compañía estadounidense Harmony Gold. Dicha adaptación incluía cambios en los nombres de los personajes, la trama e incluso la banda sonora, lo que generó descontento en el público debido a la falta de fidelidad a la obra original de Akira Toriyama.
Debido a su escasa aceptación y baja promoción, en 1994, Bandai solicitó un nuevo doblaje a la empresa mexicana Producciones Salgado. Sin embargo, no fue hasta que se contrató a la empresa Inter Track para el doblaje del episodio 60 en adelante que la serie ganó popularidad definitiva.
Inter Track decidió implementar cambios significativos como mantener las canciones de apertura y cierre originales y modificar la traducción. Entre estos cambios, destacó la decisión de devolverle a la técnica Kame Hame Ha su nombre original y eliminar la traducción «Onda glaciar», utilizada en las primeras versiones.
A pesar de que todavía existía cierta censura, principalmente en escenas de violencia y desnudos, estas decisiones fueron fundamentales para el éxito de «Dragon Ball» en México. Así, la serie se convirtió en un fenómeno cultural, vaciando las calles con cada nuevo episodio y arrasando en todas sus sagas, desde «Dragon Ball Z» hasta «Dragon Ball GT».
Por otra parte, algunos elementos de «Zero y el Dragón Mágico» se mantuvieron en la memoria colectiva, como los nombres que se le asignaron a algunos personajes. Por ejemplo, Kame-Sen’nin se conoce popularmente en Latinoamérica como Maestro Roshi y Gyūmaō como Ox Satan.
En conclusión, «Dragon Ball» es un claro ejemplo de cómo una correcta adaptación y localización de contenidos puede determinar el éxito o fracaso de una serie en un mercado específico, en este caso, el mexicano.