En la colonia Juárez de Mazatlán, la venta de mariscos está pasando por momentos difíciles. En la última década, las ganancias se han reducido a la mitad, y los vendedores que antes prosperaban ahora están luchando por mantener sus puestos a flote. Muchas vendedoras se han visto obligadas a buscar trabajos adicionales para poder cubrir sus gastos.
Un mercado en declive
Hace diez años, las pérdidas económicas han alcanzado cifras que rondan el millón de pesos. Elena Pimentel, una vendedora de tercera generación, cuenta que antes de la temporada 2014-2015, había alrededor de diez puestos en el mercado. En la actualidad, solo quedan seis, debido a la disminución en las ventas y el cierre de varios negocios. En el pasado, las ganancias netas de las vendedoras eran de entre 5 y 7 mil pesos diarios, una realidad que ha cambiado drásticamente.
Retos diarios
Hoy en día, las vendedoras apenas logran recuperar su inversión diaria. Se enfrentan a problemas como el deterioro del producto y la necesidad de pedir crédito a pescadores o proveedores. La situación se complica aún más con el fallecimiento de los líderes históricos del mercado, quienes solían gestionar y defender los intereses de las vendedoras.
Momentos de alivio
A pesar de la crisis, hay épocas del año que ofrecen un alivio temporal en las ventas. La temporada de los pajaritos y las fechas decembrinas son algunas de ellas. Sin embargo, durante el resto del año, las vendedoras deben lidiar con dificultades económicas mientras tratan de mantener sus negocios abiertos.