En aquellas condiciones normales a las que quizá nunca regresemos por el apocalíptico Covid, el solo anuncio de que en Mazatlán tendremos equipo de fútbol de primera división, hubiese sacado también a la calle a miles de aficionados para festejar el acontecimiento. Lo comento porque tal vez hubiese sido una respuesta normal a la locura de la porra de Monarcas, que salió a protestar hasta sin cubre bocas en las plazas de Morelia, como si al Coronavirus le importara y respetara mucho las razón de su inconformidad.
Por las redes sociales, nos dimos cuenta del interés y la aceptación manifiesta de muchos aficionados del sur de Sinaloa, Durango, Torreón, la Comarca Lagunera en general y Nayarit ante el anuncio, solo que desafortunadamente estas muestras de alegría también son virtuales, como muchas otras actividades cotidianas que la pandemia nos ha impuesto.
Hasta ahora, una de los acuerdos de la Federación Mexicana de Futbol, es que los juegos sean en estadios vacíos, hasta que haya condiciones para restablecer la asistencia de los aficionados pero dentro del marco de la llamada nueva normalidad. Ya nada será igual.
Televisión Azteca, dueño del equipo Puebla, lo es también de Monarcas, equipo que ahora llevará el nombre de Mazatlán F.C. Es decir, es la misma franquicia, solo cambia de nombre y de plaza. Es una especie de traslado o desplazamiento completo.
En redes sociales principalmente, se ha cuestionado sobre la propiedad del equipo, señalando al Gobierno del Estado de haber comprado la franquicia, lo que oportunamente aclaró el gobernador Quirino Ordaz, a quién últimamente le tupieron duro con el tema del levantamiento de la llamada ley seca, cuyo contrario debería ser no la ley húmeda o mojada, sino la ley inundada de líquido ambarino.
La construcción del nuevo estadio de futbol en Mazatlán tuvo un costo de 460 millones de pesos, con capacidad para 20 mil aficionados, la mitad del estadio de Morelia al que le caben poco más de 45 mil personas, aunque nunca jamás lo han llenado y, de acuerdo a las cifras, el boletaje más alto apenas ha pasado los 20 mil.
¡Por qué TV Azteca deja la plaza de Morelia? Hay varias razones. Una de las principales es que sus estudios de mercado resaltan a Mazatlán como un destino turístico en ascenso pero, además, con una amplia población proclive al fútbol. Hay otra condición que ponderaron: Que en Sinaloa existe un semillero de niños y jóvenes con características físicas especiales para el juego de fútbol: Elasticidad, agilidad, rapidez y certeza, estética, visión estratégica y de inmediatez para resolver, arrojo y un perfil sicológico en donde la derrota no cabe. No lo digo yo, lo predijo hace años un entrenador de Pumas con el que me tocó jugar en mis tiempos de universitario. Aquella vez me comentó que el futuro del futbol mexicano estaba en el norte y noroeste del país. No se equivocó. Lo recordé mucho cuando la selección nacional estuvo integrada casi por la mitad de sinaloenses y cuando en el estado tuvimos seis boxeadores campeones del mundo al mismo tiempo, cinco en Los Mochis, por cierto.
Así que directivos de alto nivel y de experiencia no suelen equivocarse tan fácilmente en sus estudios. La instalación de una franquicia en una región y una ciudad como Mazatlán, supone aprovechar el inmenso potencial humano para formar su escuela de cuadros.
Antes de ir con otra de las razones importantes que también determinaron el desplazamiento de Monarcas al puerto bajo el nombre de Mazatlán Fútbol Club, es importante comentar el gran auge turístico que un evento de esta naturaleza provocará en los próximos años. Mínimo, cada 15 días, el estadio del Club Mazatlán será escenario de una buena concurrencia de aficionados, sobre todo cuando los equipos de gran fama e influencia pisen el césped marismeño.
Un juego con América, Chivas, Pumas o Rayados, por ejemplo, significa lleno seguro. Habría entonces, pensando positivamente, que imaginar la derrama económica en hoteles, restaurantes y el comercio en general en este destino calificado como el mejor del país en turismo familiar.
Bien, paso a comentar igualmente cuál fue la otra consideración para que TV Azteca decidiera traer al equipo a Mazatlán: No aguantaba a la “maña”. Hubo no pocos jugadores que tenían que pagar cuota o eran extorsionados bajo amenazas de muerte. Algunos buscaron oportunidad para jugar en el extranjero y otros esperaban opciones para salir de la plaza. Así que cuando el equipo y el cuerpo técnico se enteraron del cambio de ciudad hicieron fiesta. Ojalá que el tema de la seguridad en Mazatlán se cuide mucho.