Culiacán, Sinaloa.- Hoy Domingo 17 de Octubre del 2021 se cumplen dos años que los habitantes de la capital Sinaloense vivieron horas de terror, minutos después de las tres de la tarde un grupo especial del Ejército Mexicano y agentes de la DEA, «reventaron un domicilio ubicado en el sector Tres Ríos en Culiacán, en el interior del inmueble se encontraba Ovidio, unos de los hijos de Joaquín Guzmán Loera «Líder» del cartel de Sinaloa y hoy preso en los Estados Unidos.
Las fuerzas especiales del Gobierno Federal, con el apoyo de los «gabachos» tenían bien planeada la estrategia para realizar la detención del narcotraficante sin disparar un solo tiro, y así sucedió durante el arresto y traslado del mafioso a las celdas de la fiscalía, lo que nunca se imaginaron fue que el hermano mayor Archivaldo Guzmán montará un mega operativo de rescate para liberar a su hermano, en el primer intento por entrar al edificio de la Fiscalía fallaron, y desistieron los hombres armados, pero para cambiar la estrategia del rescate.
A través de las distintas frecuencias de los radios de comunicación de los integrantes del cartel Sinaloense, se daba la orden de «levantar» a todo soldado que se encontrarán a su paso para intercambiarlo por el hijo del patrón.
La orden es no dejar morir al hijo del patrón, hay que ir por el… Aquí estamos listos!!! Respondían con voz fuerte y segura, «miedo no tenemos, estamos esperando la orden y nosotros brincamos paro en caliente a la V….» Respondía un sujeto que estaba a la espera que el «señor» autorizara el apoyo para ayudar en el rescate. Por otra banda de comunicación alertaban, «ahí anda el boludo», la respuesta fue, «échenle lumbre, hay que tumbarlo a la V…. Para que vean que nosotros no tenemos miedo. Puros Chapitos», decían por los radios, «échenle chingazo con el 50, no desprecien parque».
Después de tener retenidos a decenas de militares y familias de los mismos, empezaron las negociaciones para el rescate de Ovidio, «suelten al jefe y les soltamos a todos los guachos que les tenemos amarrados y a sus mujeres. «Vamos a entrar por el y si ustedes le tiran un V…..zo a la gente de nosotros, lo vamos a tomar como una negativa y les vamos a matar guacho por guacho». El encargado del rescate por fin da la orden de entrar al interior del edificio por segunda ocasión, pero ahora sí cumpliendo con el objetivo, «plebes metanse por el, si un guachito les suelta un V….zo se lo traen le quitan la identificación y vamos por su familia».
El Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, al día siguiente a través de la rueda de prensa la «mañanera» informo lo que había acontecido en Sinaloa, inició, «a mí me informaron cerca de las tres de la tarde, un poco más, de inmediato se reunieron el gabinete de seguridad para darle seguimiento, el secretario de la defensa, de la marina y el secretario de seguridad, tomaron decisiones que yo avalo, por qué se torno muy difícil la situación, y estaba en riesgo muchos seres humanos, se decidió proteger la vida de las personas y yo estuve de acuerdo, no se trata de masacres, eso ya se termino, eso era en los otros gobiernos, no puede valer más la captura de un delincuente que la vida de las personas, por ese respalde esa decisión, se trató de un operativo llevo a cabo el ejército a partir de una orden de aprehensión de un presunto delincuente, pero hubo una reacción muy violenta y se ponía en riesgo mucha gente, está decisión se tomó para proteger a los ciudadanos».
Después de dos años del inolvidable Culiacanazo, aún no hay cifras oficiales de las víctimas que ese día perdieron la vida, mucho menos se le dió seguimiento por parte de la fiscalía, se esperaba que el gobierno federal emprendiera un operativo para capturar a los herederos de Juaquin Guzmán, después del vergonzoso «Jueves Negro» y hasta la fecha todo parece indicar que el Presidente Andrés Manuel López Obrador ya lo olvido, ya que constantemente viaja a Badiraguato, tierra que vio nacer al «chapo» Guzmán e incluso se a reunido con la señora María Consuelo Loera Pérez abuela de Ovidio Guzmán.