La ciudad de Culiacán vivió momentos de tensión el martes 10 de septiembre de 2024, cuando los hechos de violencia llevaron a una paralización casi total de sus actividades cotidianas. Por segundo día consecutivo, el transporte público urbano se vio obligado a detener sus operaciones debido a los incidentes que se registraron.
Impacto en el transporte público
El líder del sindicato de choferes de Culiacán informó que los autobuses se retiraron de las rutas habituales como medida de seguridad. Esta decisión, aunque necesaria, dejó a muchos usuarios sin opciones para desplazarse, afectando a aquellos que necesitaban llegar a sus lugares de trabajo o a las instituciones educativas.
Consecuencias económicas para los conductores
Esta situación no solo afecta a los usuarios del transporte, sino también a los conductores de los camiones. Al depender de los ingresos diarios por su trabajo, enfrentan pérdidas significativas al no poder operar durante estos días. La falta de servicio implica dos días sin recibir el salario diario que necesitan para sus gastos cotidianos.
Una ciudad en pausa
El clima de incertidumbre ha dejado a Culiacán en una especie de pausa, donde la vida cotidiana se ve alterada por la necesidad de garantizar la seguridad de todos. La comunidad espera que pronto se restablezca la normalidad y que tanto los trabajadores del transporte como los ciudadanos puedan retomar sus actividades habituales sin temor.
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