Crisis hídrica en Sinaloa: análisis de la capacidad y situación en la presa Josefa Ortiz de Domínguez
La situación actual en Sinaloa se ha visto marcada por una drástica disminución de los niveles de agua, situación evidenciada en la presa Josefa Ortiz de Domínguez. Los datos indican que esta infraestructura se encuentra al 11.1% de su capacidad, con apenas 57.6 millones de metros cúbicos almacenados, lo que ha obligado a detener la extracción de agua destinada al riego.
La medida se implementó en un contexto de sequía sin precedentes, afectando directamente el abastecimiento hídrico y generando preocupación en el sector agrícola. Las cifras reflejan un escenario crítico, donde la reducción en la capacidad de almacenamiento de la presa se vuelve un factor determinante para la continuidad del riego en las zonas agrícolas.
Impacto en la producción agrícola en la zona de El Fuerte
El corte en la extracción de agua ha dejado sin riego a los cultivos establecidos en la región de El Fuerte. La medida, resultado de la reducción drástica de reservas en la presa, implica un retroceso en la actividad agrícola, debido a la dependencia de este recurso en toda la zona.
Los agricultores se enfrentan a una situación compleja que repercute en la estabilidad de la producción, ya que la ausencia de riego afecta directamente el crecimiento y la salud de los cultivos. La decisión de suspender el suministro de agua invita a analizar críticamente las condiciones del recurso en esta área estratégica para el sector agrícola.
Medidas de riego y gestión del agua ante la prolongada sequía
Ante la drástica caída en los niveles de agua, se han adoptado medidas que buscan mitigar la situación y gestionar el recurso de manera más precisa. Los esfuerzos se centran en optimizar el aprovechamiento del agua disponible y en implementar estrategias que salvaguarden la producción agrícola en condiciones desfavorables.
El planteamiento de estas acciones surge en un escenario de emergencia hídrica, donde la reducción en el suministro de agua obliga a replantear las prácticas agrícolas tradicionales. La gestión del recurso se vuelve clave, especialmente en zonas con alta dependencia del riego para el sustento de los cultivos.